La cultura está creciendo. Y está creciendo con construcciones colectivas. ¿Le parece exagerado? Déjeme que le cuente.
El domingo 28 de noviembre, pasado el mediodía, un amigo de toda la vida, Pablo Bondar, pasó a buscarme por casa. Ibamos a la Plaza de la Bandera, en Tapiales. Él es músico, llevaba a cuestas sus discos. Yo soy escritor, y andaba con mis libros bajo el brazo.
En la plaza, nos encontramos con la gente del Galpón Cultural Tapiales, a quienes conocí a través de Christian Malattia, autor matancero con el que nos hemos cruzado y colaborado en varias ferias. En fin, esta gente estaba a dos manos armando un escenario y una muestra de arte, pero aun así les sobró un dedo para señalarnos el lugar destinado a los puestos.
El Galpón Cultural Tapiales es un grupo de vecinos de la localidad homónima entre la que se encuentran escritores, artistas plásticos, músicos y gente interesada en la cultura porque sí. Por segundo año consecutivo convocaron a una muestra de arte en la plaza de la ciudad, con el detalle de que en esta ocasión también invitaban a participar en la primera Feria del Libro Independiente de Tapiales.
Las ferias del libro independiente tienen sus particularidades. Puesto es un nombre muy generoso dado a un espacio de exposición y venta. Puede ser una mesa de camping, o una tabla arriba de dos caballetes, o una caja de manzanas dada vuelta. Allí se ponen los libros, revistas, discos, folletos, el termo y el mate, y cualquier otra cosa mientras la mesa aguante el peso. El expositor puede ser cualquiera que quiera mostrar lo que hace. Lo único que tiene que hacer para participar es llegar al lugar de evento y armar su propio puesto.
El centro de la Plaza de la Bandera fue ocupado por estos puestos, que tal mercado de pulgas, ofrecían cultura a los visitantes, sin intermediarios. Del autor al lector, pero en serio. Expositores venidos de diferentes lugares de La Matanza, del conurbano y la Ciudad de Buenos Aires, nos mezclábamos, confraternizábamos y concordábamos nuevos puntos de encuentro para otros eventos.
Mientras los transeúntes recorrían la feria, en el escenario varias bandas de rock, entre las que estaban Visiones en 3D y La Nuez, tocaron sus temas, aunque también hubo lugar para el folclore, y para que algunos poetas leyeran sus obras.
El evento congregó a gente de la zona que se acercó a recorrer su plaza. Y también otros que vinieron de más lejos a conocer o reencontrarse con su vecino artista. Gente que paseó, compró, opinó y aplaudió, convirtiéndose en parte de la construcción colectiva.
Una construcción colectiva que nació en la decisión del Galpón Cultural Tapiales de poner el hombro y el corazón para llevar adelante el proyecto y gestar una espectacular fiesta cultural, pero que sería imposible sin la participación de quienes salen de sus casas con su arte en la mochila, de los que asisten, de los que difunden. Todos tienen una parte que jugar, más grande o más pequeña, pero igual de importante.
Mil gracias al Galpón Cultural Tapiales por generar este espacio. Estará en el resto de nosotros saber aprovecharlo para generar más espacios, para construir más cultura.
El domingo 28 de noviembre, pasado el mediodía, un amigo de toda la vida, Pablo Bondar, pasó a buscarme por casa. Ibamos a la Plaza de la Bandera, en Tapiales. Él es músico, llevaba a cuestas sus discos. Yo soy escritor, y andaba con mis libros bajo el brazo.
En la plaza, nos encontramos con la gente del Galpón Cultural Tapiales, a quienes conocí a través de Christian Malattia, autor matancero con el que nos hemos cruzado y colaborado en varias ferias. En fin, esta gente estaba a dos manos armando un escenario y una muestra de arte, pero aun así les sobró un dedo para señalarnos el lugar destinado a los puestos.
El Galpón Cultural Tapiales es un grupo de vecinos de la localidad homónima entre la que se encuentran escritores, artistas plásticos, músicos y gente interesada en la cultura porque sí. Por segundo año consecutivo convocaron a una muestra de arte en la plaza de la ciudad, con el detalle de que en esta ocasión también invitaban a participar en la primera Feria del Libro Independiente de Tapiales.
Las ferias del libro independiente tienen sus particularidades. Puesto es un nombre muy generoso dado a un espacio de exposición y venta. Puede ser una mesa de camping, o una tabla arriba de dos caballetes, o una caja de manzanas dada vuelta. Allí se ponen los libros, revistas, discos, folletos, el termo y el mate, y cualquier otra cosa mientras la mesa aguante el peso. El expositor puede ser cualquiera que quiera mostrar lo que hace. Lo único que tiene que hacer para participar es llegar al lugar de evento y armar su propio puesto.
El centro de la Plaza de la Bandera fue ocupado por estos puestos, que tal mercado de pulgas, ofrecían cultura a los visitantes, sin intermediarios. Del autor al lector, pero en serio. Expositores venidos de diferentes lugares de La Matanza, del conurbano y la Ciudad de Buenos Aires, nos mezclábamos, confraternizábamos y concordábamos nuevos puntos de encuentro para otros eventos.
Mientras los transeúntes recorrían la feria, en el escenario varias bandas de rock, entre las que estaban Visiones en 3D y La Nuez, tocaron sus temas, aunque también hubo lugar para el folclore, y para que algunos poetas leyeran sus obras.
El evento congregó a gente de la zona que se acercó a recorrer su plaza. Y también otros que vinieron de más lejos a conocer o reencontrarse con su vecino artista. Gente que paseó, compró, opinó y aplaudió, convirtiéndose en parte de la construcción colectiva.
Una construcción colectiva que nació en la decisión del Galpón Cultural Tapiales de poner el hombro y el corazón para llevar adelante el proyecto y gestar una espectacular fiesta cultural, pero que sería imposible sin la participación de quienes salen de sus casas con su arte en la mochila, de los que asisten, de los que difunden. Todos tienen una parte que jugar, más grande o más pequeña, pero igual de importante.
Mil gracias al Galpón Cultural Tapiales por generar este espacio. Estará en el resto de nosotros saber aprovecharlo para generar más espacios, para construir más cultura.
Gracias Victor por participar una vez más. Me llevo tu texto al muro del Galpón!
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