sábado, 29 de agosto de 2020

Ficción breve

La trayectoria del odio

Desde muy prudente distancia, al amparo de los kilometros, un hombre tira la primera piedra, rezándole a la Santa Pandemia para que su pétreo proyectil inicie la limpieza étnica de los negros de La Matanza.
Otro, en el corazón de la negrada, recibe la piedra. “Los valores se perdieron por culpa de estos culos sucios”, se dice muy seguro de sí mismo, “con los gobiernos militares no asesinaban personas ni había femicidios” proclama detrás de una máscara digital.
La piedra queda boyando. No falta quien la levante. Escucha las voces de los negros gritando en la paredes, en las baldosas, flotan en el aire hechas poesía, cuento y canción. No puede acallarlas y junta piedras y más piedras para sepultarlas. Sigue escuchandolas, y les prende fuego.
“¡Ardé negro!” aulla, al resguardo de la noche.

Victor Justino Orellana, 2020

Foto: placa en memoria de la poeta Lucina Álvarez, luego de ser vandalizada.

viernes, 21 de agosto de 2020

Día del Escritor Matancero

El 21 de agosto de 1976, en la noche más oscura del siglo XX, una brutal dictadura cívico-eclesiástica-militar desaparecía al escritor Delfor Santos Soto, como parte de su intento de imponer una mordaza de silencio por la violencia, por la muerte. En 2018, el HCD de La Matanza estableció el 21 de agosto como Día del Escritor Matancero.
Hoy conmemoramos a Soto, y, en su figura, a los escritores que sufrieron la intolerancia extrema, a quienes persiguieron, a quienes les quemaron sus bibliotecas, a quienes vieron “sus otros” desaparecer. 
Hoy homenajeamos a los compañeros del camino que nos han dejado físicamente. El último año, íngrato, se llevó a Alberto Oris, a Aldo Leopoldo Tevez, a Alicia Kiss, a Omar Cao. 
Hoy celebramos la poesía, la narrativa, el decir... Compartimos nuestras voces, y le damos voz al que no tiene. ¡Hoy hacemos circular la Palabra!
Esta era de la hiperconectividad me llevó a conocer muchísimos y variopintos exponentes de las letras matanceras, consagrados e ígnotos, con décadas de recorrido y con inicios incipientes. Con un grupo más pequeño compartí infusiones, galletitas, y la pasión por letras en espacios culturales sostenidos a fuerza de voluntad y entrañas en nuestros conurbanos barrios.
Hoy es el Día del Escritor Matancero, y manifiesto mi anhelo a los artesanos locales de la Palabra de que nunca les falte una emoción que expresar, una imagen que construir, una historia que contar, y un otro que le dé sentido a sus decires. Y, en especial, que no se extinga jamás el fuego de quienes sostienen este circular de voces que aguanta sus trapos en el barro matancero.

miércoles, 12 de agosto de 2020

Ficción breve: Ironía

Ironía


Una tarde soleada de enero, Erik, el dueño de una compañia multinacional de comuniciones almorzaba con Esteban, el principal accionista de una empresa energética local. Sentados en torno a una mesa al aire libre del restaurante más caro de la ciudad, discutían como incrementar sus insondables fortunas, mientras degustaban caviar y escaciaban champagne, dejando a un costado del plato las perdices.

A pocos metros, dos perros callejeros intercambiaban tarascazos. Un mendigo, famélico, vestido con colgajos de ropa, esquivando las espontáneas mordidas de los canes, se acercó hasta la mesa, y extendió su mano esquelética a los encumbrados comenzales.

¡Algo que comer! ¡Por piedad! tartamudeó

Erik tomó con su mano la perdiz que permanecía intacta en su plato, y la extendió hacia el mendigo. Cuando este quiso agarrarla, el accionista con un movimiento rápido le arrojó el ave a los perros callejeros.

Los animales capturaron la presa en el aire e iniciaron una feroz disputa por ella. Erik y Esteban rieron a caracajas. Rieron tanto que comenzaron a ponerse rojos. El mendigo no pudo contener sus lágrimas.

De pronto, el sol quedó oculto detrás de una espesa capa de nubes. Las luces de las calles se encendieron, pero titilaban desdenfrenadas. Del suelo empezó a subir un vapor oscuro que fue tomando la forma de una figura humana.

La parca, con su atuendo negro y su guadaña, observaba a los empresarios y al mendigo, que, atónitos, no podían moverse, hinoptizados con la visión de la muerte.

La parca avanzó hacia el mendigo, tocó su frente y éste se desplomó sobre el suelo. Tan repentina como había llegado, la recolectora se desvaneció, en tanto las nubes se disipaban y retornaba la luz del sol.

Erik miró al mendigo tendido, lo señaló con el dedo y le preguntó:

¿De qué te sirvieron tus miserias? ¡Eh! ¿De qué te sirvieron?

Victor Justino Orellana, 2020





jueves, 6 de agosto de 2020

Reseña de Rosa Oviedo sobre Escarabajos y Samaritanos

Este texto sobre mi novela corta de ciencia ficción Escarabajos y Samaritanos fue escrito por Rosa Oviedo, profesora de lengua y literatura, crítica literaria, columnista de Noticias Día x Día, y participante asidua del Taller Literario Experiencia Letras, entre otros espacios culturales. 


Víctor nos presenta a través de un narrador omnisciente una novela corta o nouvelle dividida en capítulos, un interrogante implícito desde el principio para decifrar tal división.
Nos convierte en lectores guiados a descubrir un conflicto narrativo, en el que vemos una unidad en los personajes, provocando así un efecto singular por las diferentes versiones de conflictos humanos determinantes para esos Samaritanos y Escarabajos.
Es una nouvelle circular, finaliza como comienza, descubriendo al individuo en su propia órbita de comportamiento; entre la libertad y el compromiso, develando que nada es lo que parece ser. Para lograr dicho efecto nos introduce en varias temáticas: ilusión, tratamiento del tiempo (eras), funciones personificadas, repetición de ciertas situaciones, como también especulaciones para la toma de distancia de conflictos peligrosos o dudosos de algunos personajes. Suma a todo eso, certezas que podrían ponerse en duda, pero forman parte de las vivencias de los personajes y el efecto de dudar, se traslada a nosotros también como lectores. Concentra además cuestionamientos frente a realidades ilógicas, y apunta a descubrimientos que permiten la reacción de los personajes. Cada personaje representa una imagen que se desvanece y resurge, el resultado que se busca es un verse a sí mismo en su propio espejo, en un destino marcado, apareciendo en las diferentes eras temporales; un NO poder dominar el tiempo propio, una explícita imposibilidad temporal (Capítulo 5, “El Templo del tiempo”).
La voz narrativa omnisciente desenmascara realidades recurrentes desde su mirada irónica y sarcástica, como mencionamos al principio, va uniendo a los personajes que se van arrastrando unos a otros en un laberinto espacial.
Estas temáticas se plantean bajo paradojas filosóficas existenciales con la carga irónica que caracteriza al autor.
Hay distintas voces que plantean la resignación ante el deber ser y lo que en definitiva se hace. El Escarabajo es quien va sobre esa regla.
Finalmente, remitiéndonos al título “Escarabajos y Samaritanos”, estos últimos cumplen el rol del solidario en todas las tramas, el escarabajo por su parte, posee el poder del cambio, de la metamorfosis, de la innovación, de la mutación (Capítulo 4, Profesiones).
Una novela corta o nouvelle movilizante, activa y original.
Rosa Oviedo 
    
Pueden leer gratuitamente la novela en este enlace: Escarabajos y Samaritanos.


martes, 4 de agosto de 2020

Relatos irracionales

En el año 2008 el blog Espejo Lúdico propuso escribir microrrelatos de hasta veinte palabras, de forma que la cantidad de letras de cada palabra correspondiera con las cifras de un número irracional, eliminados los ceros y la coma. 
Los número elegidos fueron:

phi o número áureo (1 6 1 8 3 3 9 8 8 7 4 9 8 9 4 8 4 8 2 4)

π (3 1 4 1 5 9 2 6 5 3 5 8 9 7 9 3 2 3 8 4)

raíz de dos (1 4 1 4 2 1 3 5 6 2 3 7 3 9 5 4 8 8 1 6)

Así, por ejemplo, para raíz de dos, la primera palabra del microrrelato debía tener una letra, la segunda palabra cuatro letras, la tercera una letra, y así sucesivamente. Estas son las historias que yo escribí.






Número áureo

I
Accésit I Concurso de Literatura
Irracional Espejo Lúdico.

Y cuando, a criterio mío, los androides derramen lágrimas francas, para programar máquinas avanzadas será esencial amar.


II

O partía, o sucumbía. Con los fugitivos encontré vampiros, catorce feas criaturas bebiendo yugulares para arrancar rojo alimento.


III

Y relato, a colación, que por extinción, aquellos dragones feroces eran sumamente cuidados. Carísimos eran vendidos. Toda tasación se pagó.


IV

Y, quizás a traición, los dos moradores murieron mientras cazaban aves. Desiertas, entonces, quedarían esas comarcas.


V

Y volvió a buscarla ese día, anhelando desnudar despacio aquella piel seductora, metálica.


VI

A Perseo y Sigfrido.
Los dos guerreros viajaron extensos caminos para enfrentar horrible fatalidad, para sucumbir, para erigirse en mito.


VII

Y camino a Germanía fue que guerreros vándalos atacaron. Nuestro jefe centurión falleció. Diezmados, nada logramos sino fugarnos de allí.




PI

I

Mención especial I Concurso de
Literatura Irracional Espejo Lúdico.

Fue y tomó, a pecho destapado, la férrea lanza del señor guerrero. Horrorosa matanza aconteció. Ahí, el cid adquirió fama.


II

Fui a ella, y rogué clemencia. No recibí nunca sus dones, siquiera esperanza. Siempre imposible has de ser, incierto amor.


III

Sal y maíz, a veces ofrendaba el nativo. Padre Sol, oraba entonces. Pachamama ayúdame, imploraba. Hoy el oro suplanta todo.


IV

Así, a esos y otros fantasmas de viejos reyes los había invocado rompiendo espejos. Alejarlos fue lo más fatigoso


V

Iba a casa. A pasos inciertos el camino perdí.
—¿Qué rumbo deberías señalarme? preguntó, impasible por mí, esa preciosa hada.


VI

¿Qué? ¿Y cómo? ¿Y dónde? interrogó el último robot del mundo, mientras recordaba. “Nuclear extinción” vio en esa penumbra roja.


VII

Así, y como a todos duramente se oponía, aquel cid acabó excluido. Solitario regresó marchando sin su rey.




Raíz de dos

I

Y, casa a casa, yo y esa parca íbamos. Al sol oblicuo del atardecer, corva hoja regalaba suplicio y olvido.


II

A Cali. A ella vi. A esa diosa arcana. De sus piernas una serpiente saltó para morderme, ahogarme y amarme.


III

Y, poco a poco, tú y tus besos fueron el sol matinal que deslumbró, tenaz, esta comunión perpetua.


IV

“Y como a ella, sí, a esa mujer, amaba, me fui soñando que conseguía aquel beso” declaró Penélope a Ulises.


V

Y dije a ella: tú y tus locos juegos se han acabado. Los fantasmas nunca usan mortajas.


VI

A capa y saco, vi a ese viejo ladrón ir por trofeos. Con fogueadas manos robó riquezas, valiosas y ajenas.


VII

Y rezó a dios. Si a ese cielo quería ir, ella tendría que recuperar todas esas ofrendas hurtadas a Luzbel.


Victor Justino Orellana, 2008



Aportes de otros autores

PI

Acá o allá y acuyá, pareciera lo exacto mismo del cielo una sierpe enfadada acechando morbosa, flagelada por un San Cayetano bobo...

Marcelo Firpo, 2020