En el principio de los tiempos, el dios Thot creó el arte de la escritura y se la enseñó a los escribas egipcios. O quizás fueron los escribas egipcios los que crearon el arte de la escritura, al dios Thot y también al principio de los tiempos. Como sea, desde siempre los escribas han formado cofradías, abiertas y cerradas, que han tenido diferentes nombres a lo largo de la historia. Hoy, a los escribas se los llama autores, poetas, escritores. Y a la cofradía se la llama café literario.
En marzo de 2011 el autor de cuentos y ensayos Carlos Rigel y el periodista radial Emilio González, café mediante, se preguntaban por qué no había un café literario en San Justo, cabecera de un partido con dos millones de habitantes. De esa charla surgió la decisión de emprender el proyecto y llenar ese espacio cultural vacío.
Entonces nos convocaron al poeta y actor José Paredero, y a mí, un humilde cuentero, para comenzar con la organización del nuevo proyecto literario. Las ideas fundacionales eran que el espacio debía servir para afianzar a los autores matanceros, permitirles crear un público lector, y desarrollar las habilidades inherentes a la autogestión y al rol social del autor. Y también se decidió su nombre: Rincón de Letras.
Lo más sencillo fue hacer un cronograma de actividades. Lo más difícil fue encontrar un lugar físico para arrancar. Inició una búsqueda que nos llevó a golpear muchas puertas, hasta que al Centro Cultural Congett, perteneciente al sindicato de trabajadores municipales, le gustó nuestra propuesta y nos prestó sus instalaciones de la calle Almafuerte 3172.
Mientras armábamos el evento de apertura, surgió un tema que todavía no habíamos resuelto: la financiación. Para ello, Carlos Rigel se propuso la publicación de una revista literaria, de cuya venta obtendríamos los recursos para infusiones, bocadillos y demás gastos derivados de la organización. De tirada mensual, la revista tendría cuentos, poesías, ensayos y notas sobre la actualidad literaria matancera. Para su realización, se sumaron el periodista y autor Christian Malattia y Andrea Dagnillo, colaboradora de varios espacios culturales.
El viernes 26 de agosto de 2011 fue el gran comienzo. Desde las 18:30 el público fue ocupando la sala principal del Centro Cultural Congett. El evento arrancó con una presentación del nuevo espacio literario a cargo de Carlos Rigel. Siguió un homenaje al autor Delfor Santos Soto, desaparecido en el año 76 por la dictadura.
Después se armó una mesa redonda con autores del CEHLaM (Centro de Estudios Históricos de La Matanza), que presentaron los libros La Matanza, historia de sus pueblos recopilación de 15 autores, Isidro Casanova, pioneros, barrios, instituciones de Alejandro Enrique, y Villa Luzuriaga, ayer, hoy y siempre de Martín Biaggini y Silvia Mielnicki. Para cerrar el primer bloque, José Paredero realizó una semblanza a la vida y obra del poeta español Miguel Hernández.
Luego de un intermedio con café y aperitivos, vino el bloque de lecturas. Se invitó a los autores presentes a leer sus obras, con la posibilidad de que el público hiciera sus aportes y comentarios, siendo cada intervención de los autores, más que una lectura, una auténtica entrevista abierta y presentación en sociedad.
No quiero dejar de agradecer a los autores que siempre están presentes: Alberto Fontana, Gloria De Lucca, Kassan, Paula Pimentel, Adela Salas. A los que quisieron estar y no pudieron venir. A los que seguramente me olvidé de mencionar.
La piedra fundacional está puesta. Cada presentación, cuento y poesía será un ladrillo en la construcción de una nueva Babel.
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