Una hora esperando el 218 bajo la lluvia en González Catán. Por suerte el aguacero paró cuando llegué a Isidro Casanova, y caminé unas cuantas cuadras para tomar el 317. Alcancé el último servicio de la noche. Y misión cumplida. El Premio Nacional Madre Teresa estaba en casa. A resguardo para llevarlo al otro día a la Feria Municipal del Libro, para que todos vieran el logro colectivo.
Autores de La Matanza había sido reconocido como espacio con el Premio Nacional Madre Teresa de Calcuta 2014, en el área de Fomento de la Educación, la Cultura y las Bibliotecas, distinción que otorga anualmente la Biblioteca Popular Madre Teresa de Virrey del Pino.
En la misma área habían sido premiados Casa Cuna Cuenteros y la Biblioteca Escolar de la Escuela Nº 66 de Virrey del Pino. En el área Medios de comunicación social los distinguidos fueron Radio Upa, los programa radiales Mis Estados de ánimo, Improvisados, Muy bueno el programa, Al despertar y La fábrica de cuentos. En el área servicios a la comunidad, los reconocidos fueron La Fundación de Endocrinología Infantil (FEI), La Profesora Graciela Susana Virginillo de Fardi y la Fundación FEPAIS (Fuentes Educativas Para la Integración Social).
La entrega se realizó en el Teatro La Cochera de González Catán. Para recibir el premio por parte de Autores de La Matanza, estuvimos presentes Nora Coria, Horacio Dalgood, Mirta Dilny, Irene Gardes, Elsa Montenegro y yo. El evento tuvo la conducción de Luis Galard, y contó con tango, otras danzas telúricas, y una narración oral de Marité Righi Peralta, números que en conjunto hicieron olvidar el mal clima exterior y convirtieron la noche en una delicia artística.
Como suelo decir, Autores de La Matanza es una ronda abierta a quien quiera sumarse, y en ese andar por las 16 localidades matanceras, y más allá, que ya lleva casi 6 años, son muchos los autores que han participado y dado vida a este espacio, mucho, poco, de pasada, ahí han estado. Algunos, por distintos motivos, se han alejado; muchos más son los que se han acercado.
Además de agradecer a la Biblioteca Popular Madre Teresa, a su comisión directiva, Eduardo Buratinni, Ana Colombo, Juan Pablo Ferrarese, entre otros, quiero hacer extensiva mis felicitaciones a todos los colegas con que compartí el camino desde septiembre de 2008, cuando invitado por Omar Celiz y Blas Barragán Marino, entré al maravilloso mundo de las letras locales.
Entre tantos autores, destaco a los que nos embarcamos en este sueño de llevar la literatura a cada esquina: Gino Bencivenga, Ramiro Campos, Adriana Cantero, Nora Coria, Ricardo Diaz Montarte, Elena Irene Gardes, Victor Hugo Ibañez, Graciela Incostante, Christian Malattia, Marta Martinez, Lia Miersch, Elizabeth Molver, Elsa Montenegro, Alberto Oris, Adela Margarita Salas.
También felicito y agradezco a los participantes habituales de las actividades, parte fundamental de la construcción de grupos literarios: Nilda Alcaraz, Alicia Victoria Benítez, Horacio Oscar Dalgood, Julián Díaz, Mirta Josefina Dilny, Marilaria Estevez, Diego Etcheverria, Alicia Fernandez, Alberto Fontana, Norma Ester Montenegro, Joan David Neinadel, Claudia Osuna, Analia Pagura, Jose Enrique Paredero, Matias Peralta, Marta Pizzo, Samuel Ramires, Roque Antonio Salvatore, Elisa Mercedes Strinatti, Raquel Szulman, Ricardo Agustín Valdez, Adela Vilas, Teresa Inés Vilas, Alberto Zaia y Verónica Elizabeth Zaino.
Y hago mención especial para algunos autores que ahora no participan con frecuencia pero contribuyeron en el pasado: Carlos Boragno, Roberto Cisterna, Andrea Dagnillo, Gloria De Luca, Lorena Fernandez, Elisa Peñaloza y Paula Pimentel.
Y, por último, mi felicitación y agradecimiento para los autores que he omitido. Sé que son muchísimos. Imposible nombrarlos a todos, pero sepan que sin ustedes, sin su contribución, tampoco habría Autores de La Matanza.
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