¡Sólo estaba la tapera!
del Martín Fierro, de José Hernández.
Hay que caminar diez cuadras desde la estación de trenes de Gregorio de Laferrere, recorriendo el paisaje suburbano de las vías cortando calles de gris asfalto y negra tierra. Hay muchachos tomando cerveza en las esquinas, y abuelos tomando mate en el porche de las casas. En uno de los infinitos barrios de La Matanza está el teatro La Tapera, fundado y dirigido por Gino Bencivenga.
Lleva este singular nombre porque hace dos años era eso, una tapera de paredes peladas. De niño me impresionó mucho esta palabra cuando la leí en el Martín Fierro de José Hernández. Es una palabra que evoca tristeza y la más absoluta soledad, sin lugar a la esperanza.
Y, sin embargo, el teatro La Tapera es un foco ígneo de cultura popular en el corazón de un barrio de Laferrere.
El sábado 14 de julio, abrió sus puertas para rendir homenaje al desaparecido Armando Tejada Gómez, escritor nacido en Mendoza en 1929, y fallecido en Buenos Aires en 1992.
Con la consigna Poeta del Viento, y organizado por Victor Cuello y el teatro La Tapera, este homenaje reunió a familiares y allegados de Tejada Gómez, más una gran cantidad de artistas que se acercaron a sumar su voz al evento.
Quienes lo conocieron, brindaron emotivos testimonios que pintaron en cuerpo y alma a este artista comprometido con su tiempo. Descendiente de Huarpes, desde muy joven manifestó interés por la literatura y por la sociedad en que estaba inmerso. Quienes hablaron de él contaron de un hombre que tenía siempre abiertas las puertas, tan incansable andariego como militante de causas sociales.
Entre los asistentes estuvieron representantes del Centro Cultural Armando Tejada Gómez, el Frente de Artistas Populares, el Taller de Lectura La Tienda y la Subsecretaría de Cultura de La Matanza. Pusieron música, poesía, cuento y artes plásticas Anahí Cao, Omar Cao, Carlos Carbone, Pedro Chappa, Juan Cruz, Jorge Estrella, Nahuel Leyes, Rufino Marín, Patricia Verón, Alfredo Zapata, Gustavo Zapata y muchos más cuyos nombres quizás escapen a mi memoria, pero que dejaron con su actuación una huella perenne en el público que asistió a una noche fantástica, con toda la magia de las infinitas voces de la cultura.
Y fue en Laferrere, en un teatro al que se llega por calles de tierra. Como tu barrio, lector, o como el mío. ¿Cuándo será en tu barrio, cuándo en el mío?
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