En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en un edificio de construcción bastante particular, funciona la Biblioteca Nacional de la República Argentina Mariano Moreno. En sus entrañas la atraviesa una escalera en caracol. Sí, tiene ascensores, rápido método de unir sus pisos, pero el lento andar de sus escalones es un caracol de sueños compartidos.
El sábado 5 de octubre, Autores de La Matanza organizó una actividad allí, en la Sala Juan L. Ortiz, de la que fui parte. Se aprovechó la oportunidad para que el grupo (abierto, autogestivo, colectivo, independiente) reconociera a sus miembros más activos, a los autores que más kilómetros recorrieron el último año es pos de llevar la palabra a cada rincón de nuestro partido, y más allá. En resumen, Autores de La Matanza premió el barro en los zapatos de sus componentes.
Los distinguidos fueron: Gino Bencivenga, Ramiro Campos, Adriana Cantero, Ricardo Díaz Montarte, Marilaria Estevez, Irene Gardes, Graciela Incostante, Lia Miersch, Elizabeth Molver, Elsa Montenegro y Adela Salas, quienes leyeron sus obras. También se reconoció, en ausencia, a Victor Hugo Ibáñez, Christian Malattia y Roque Antonio Salvatore. El evento fue coordinado por Nora Coria y por mí.
Hubo micrófono abierto, por éste pasaron Alicia Benitez, Carlos Carbone, Luis Melano, Marta Martinez, Norma Ester Montenegro, Joan David Neinadel, Sergio Neinadel, Alberto Oris y Claudia Osuna. Sergio Socolovsky con armónica acompañó a Lía Miersch en sus lecturas, y Oscar Miranda con charango musicalizó las lecturas de Nora Coria.
Un agradecimiento enorme a la Biblioteca Nacional por permitirnos realizar este evento en sus instalaciones, donde tan sólo buscamos visibilizar que en La Matanza se producen hechos culturales. Y celebrar la Palabra.
Una linda reunión para conocernos, escucharnos y hacer llegar al sitio más importante de las letras nuestros aportes a la cultura de La Matanza. Mi reconocimiento a los organizadores y
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Alberto Oris
Hermoso momento de reconocimiento a prestigiosos autores de La Matanza... Mi agradecimiento a Victor Orerllana y a Nora Coria por permitirme participar.
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