lunes, 1 de octubre de 2012

V Feria Municipal del Libro de La Matanza (20 al 30 de septiembre de 2012)

“Hago, vuelvo a decir, como los bueyes,
mutualidad de yunta y compañero”.
Almafuerte.

Hace cuatro años empezó, con la I Feria Municipal del Libro. Entonces todo era distinto. No había los espacios que hay hoy. O quizás estaban invisibles, a la espera de ser descubiertos. Hace cuatro años, había un stand de Autores Matanceros, donde convergían solitarios soñadores. Hoy, hay tantas ferias, cafés literarios y encuentros de lectura que es imposible asistir a todos, pero entre todos formamos un metaespacio que nos abarca, por nuestro origen, por nuestra identidad territorial. Hoy somos Autores de La Matanza, y una vez más, levantamos nuestras banderas literarias en la máxima fiesta de la cultura local.
La V edición de la Feria Municipal del Libro de La Matanza arrancó el jueves 20. Ya al mediodía tuvimos nuestra primera actividad, con una mesa de novelistas, formada por Andrea Pereira, Carlos Rigel y quien escribe, con Alejandro Enrique, Subsecretario de Cultura, como moderador, función que cumplió en todos los paneles de autores locales durante la feria. El tópico de la mesa fue: ¿cuántas novelas se queman hasta aceptar la primera?
El viernes 21 fue el turno de los poetas. La mesa estuvo conformada por Gino Bencivenga, Carlos Carbone, Víctor Hugo Ibáñez, Elizabeth Molver, Marta Pizzo e Ivana Szac, entre otros. El tema de la mesa fue: ¿por qué poesía?
El sábado 22 se realizó el 3º Encuentro de Escritores de La Matanza, evento que contó con la coordinación de Christian Malattia y Adela Salas, y la presencia de más de 30 autores de todos los géneros. Durante el encuentro se presentó la 1º Antología de Autores de La Matanza, que reúne a 31 plumas del distrito, publicación compilada por nosotros y auspiciada por la Secretaría de Cultura.
Para el martes 25 se armó una mesa de narradores, entre los expositores estaban Nora Coria, Ricardo Díaz Montarte, Cesar Guerrero Mutar y Christian Malattia. El tema de la mesa fue la influencia del ambiente matancero en las narraciones.
Finalmente, el viernes 28, se presentó una mesa de poetas de la tercera edad, formada por Gloria Deluca, Marilaria Estévez, Isabel Fernández, Alberto Fontana, Carmelo Laudani y Elsa Montenegro, que contaron sus experiencias de vida entorno a la poesía.
Al margen de las actividades propias de Autores de La Matanza, el sábado 29 Mirta Piciochi presentó su libro de poemas Colorida primavera de ensueños. El domingo 30 Carlos Correa presentó su libro Adiós Damián, y Martín Biaggini su libro de historia sobre Villa Celina.
Los historiadores locales también tuvieron una cargada agenda a lo largo de la feria, con paneles que incluyeron a Carlos Boragno, Darío Cerrato, Marcos Flores, Claudio Laquirada, Laura Ledesma, Marta Maldonado Nassif, Silvia Mielnicki, Oscar Tavarro, Pablo Valaco y Pablo Valente.
En el stand de Autores de La Matanza expusieron sus libros más de 40 autores durante los 11 días que duró la feria. A eso hay que sumarle la gran cantidad de autores inéditos que se sumaron al esfuerzo que implica mantener un espacio abierto, fomentarlo, difundirlo, llenar las calles de nuestros barrios de literatura.
En esta edición de la feria, hubo 116 stands dentro de las carpas montadas en la plaza Gral. San Martín de San Justo. Expusieron editoriales, librerías, organizaciones políticas y sindicales, y las bibliotecas populares. Destaco a la Biblioteca Popular Almafuerte de San Justo, por la calidad del material expuesto, y a todas las bibliotecas populares por el enorme y continuo esfuerzo de sus miembros por mantener las puertas abiertas y los libros disponibles para toda la comunidad.
Como novedad, los periodistas locales tuvieron un stand desde donde difundieron sus espacios de comunicación, además de montar un estudio de radio desde donde se transmitieron muchos de los programas que se hacen eco de la actividad cultural matancera.
Miles de personas visitaron la feria, asistiendo a los más variados números artísticos y conferencias en los tres auditorios montados en las carpas, más el escenario al aire libre armado sobre la calle Almafuerte. Las ferias de artesanos también estuvieron presentes, colmando la plaza de puestos. No faltó nadie.
Por supuesto, no hay rosas sin espinas. Las diferencias entre personas son algo inevitable, aun entre incansables trabajadores de la cultura, y un espacio tan plural como Autores de La Matanza no es ajeno a las pasiones humanas; que quede claro que sólo son diferencias entre personas y no entre espacios, todos los espacios se apoyan incondicionalmente. Distinto es el caso de quienes pretenden usufructuar el esfuerzo del grupo para su propio interés: ¡No nos representan!
Afortunadamente, son muchas más las flores que trajo esta primavera de libros, una feria que renovó mi entusiasmo, como en aquella primera, donde todo era nuevo. Escribo como miembro de Autores de La Matanza. Escribo como un buey más en la yunta. Gracias al compañero que cincha a mi lado. ¡Y a no aflojar!

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